El Albedrío de la Anestesia - Jesús Guillén-Luna
—Y a esto llegó el mundo, Cedric, a comprar emociones para sentirnos más humanos… ¿qué carajo significa eso? —dice Omar, mientras su mirada se hunde en los empaques metálicos de la máquina dispensadora—. Nacemos emocionalmente anestesiados para controlarnos y obligarnos a comprar sentimientos como si fuesen golosinas. —Sí, a esto llegamos… y aquí estamos, ¿no es así? —responde Cedric, que enciende un cigarrillo de neón con su mechero láser—. Si tanto te molesta, ¿por qué demonios nos detuvimos en una despachadora de emociones? —la monotonía en sus voces es tan contundente que pareciera que no hay emoción alguna en sus palabras. —Sabes que yo no tomo estas mierdas —Omar toma un par de monedas y las inserta en la máquina. Selecciona los botones R, 12 y 21. Los resortes de la dispensadora giran en sentido a las manecillas del reloj y arrojan dos empaques metálicos—, pero son estúpidamente útiles para cosas como las que vamos a hacer. Omar levanta los empaques y los coloca just...